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Inodoro tipo placa turca

Hablar de inodoros en un blog sobre viajes no suele ser algo muy atractivo pero si hablamos de Japón, cuna de la tecnología sofisticada, el tema se convierte en fascinante. Tanto que hemos llegado a escuchar a viajeros confesar que han ido al baño exclusivamente para fotografiar estos artefactos. No es de extrañar a juzgar por las sorprendentes características que incorporan. Japón es probablemente el país que cuenta con los baños más curiosos del mundo.

No hay muchos países donde podamos encontrar inodoros con una tecnología tan avanzada como en Japón. Tradicionalmente los japonés han utilizado un tipo de inodoro muy diferente al nuestro consiste en las llamadas placas turcas: una especie de letrinas a nivel del suelo en la que en vez de sentarse los usuarios deben agacharse.

Pero en los últimos años los japoneses han desarrollado e incorporado a sus aseos inodoros dignos de una película de ficción, los más avanzados del mundo. De tal modo que si vas a Japón incluso el momento de ir al baño se convertirá en toda una experiencia. Encontrarás desde inodoros conbidé incluido hasta inodoros con hilo musical pasando por otros con sensores que se abren automáticamente o calientan la zona cuando te sientas. Gran parte de ellos están dotados de mandos más o menos sofisticados. Algunos incluso te permitirán elegir la cantidad, temperatura y presión del chorro, el tipo de lavado, etc. Increíble ¿verdad?

Si eres mujer podrás encontrar en los baños femeninos la llamada Toyotama-hime. Realmente la vida en Japón es una verdadera caja de sorpresas. Si un mero inodoro despierta la curiosidad por visitarla imagina como será ver lo realmente importante. Sólo una advertencia final. Si no tienes ni idea de cómo usar los inodoros ¡cuidado con los chorros¡ Ya ha habido algún que otro turista sorprendido.

Terminología[]

Los inodoros y las habitaciones que los contienen se conocen por varios nombres en japonés. El nombre más común es toire (トイレ, 'toire'?). Toire es una abreviación de toiretto (トイレット), que es una palabra incorporada de la palabra inglesa toilet. Hoy día ambos términos se usan tanto para el inodoro como para la habitación en la que se encuentra.

Entre otras de las muchas palabras para habitaciones u otras estructuras que contienen inodoros, quizás el más común sea otearai (お手洗い)(literalmente, ‘lavarse las manos’). Hablando con rigor, otearai se refiere al lavabo y es un equivalente al eufemismo que se usa en países hispanohablantes. También es habitual ver keshōshitsu (化粧室, literalmente ‘habitación del talco’), un término traducido del inglés.

El inodoro en sí mismo se llama benki (便器)(‘dispositivo de excrementos’). El asiento del inodoro se denomina benza (便座)(‘asiento de los excrementos’). Un orinal o una trona se llama omaru (a veces se escribe 御虎子).

La Asociación Japonesa del Inodoro celebra un día no oficial del inodoro el 10 de Noviembre, porque en Japón los números 11/10 (para el mes y el día) se pueden leer ii-to(ire), que también significa ‘buen inodoro’.

Tipos de inodoros[]

Wassiki

Washiki de acero

El inodoro tradicional de estilo japonés (和式, washiki) es una placa turca, también conocida como «inodoro asiático», ya que son comunes en toda Asia otros inodoros similares a éste. Este tipo de inodoros difiere de los occidentales tanto en construcción como en la forma de empleo. El inodoro tradicional japonés parece básicamente un urinario puesto en horizontal sobre el suelo. La mayoría de ellos en Japón están hechos de porcelana, aunque en algunos casos (como en los trenes), también se hacen de acero inoxidable. En vez de sentarse, el usuario se agacha sobre el aseo mirando hacia el cazo hemisférico, esto es, hacia la pared que está tras el inodoro en la imagen de la derecha. Una especie de canalón recoge los residuos, en lugar de la taza llena de agua que se emplea en los inodoros occidentales. El resto de los aparatos, tales como la cisterna y las tuberías, pueden ser idénticos a los del inodoro occidental. Tirar de la cadena hace que el agua empuje los residuos desde el canalón hacia un desagüe que desemboca en el sistema de alcantarillado. La cisterna a menudo se maneja de la misma forma que en los inodoros occidentales, pero algunos tienen en su lugar manillas para tirar o pedales en el suelo. Muchos inodoros japoneses tienen dos formas de tirar de la cadena: grande y pequeño. La diferencia estriba en la cantidad de agua usada. La primera forma se usa para las heces (literalmente, ‘gran excreción’) y la segunda se usa para la orina (en japonés, literalmente ‘pequeña excreción’). Algunas personas mantienen pulsada la manilla en el modo pequeño para disponer de un ruido continuo, como se comenta más abajo.

Hay dos variaciones comunes: una en la que el inodoro está al mismo nivel que el suelo, y otra en la que se encuentra elevado en una plataforma a unos 30 cm de altura. La segunda es más sencilla de usar para los hombres cuando orinan de pie, aunque ambos tipos pueden usarse con este objetivo. Tampoco hay ninguna diferencia al defecar o al orinar en cuclillas. El usuario se sitúa sobre el inodoro mirando hacia el cazo y se baja los pantalones (o alza su falda) y ropa interior hasta las rodillas. Entonces se acuclilla sobre el canalón, tan cerca del frente como pueda, ya que el excremento tiende a caer en el borde posterior del receptáculo si el usuario se agacha demasiado atrás; por esta razón muchos inodoros públicos tienen carteles de «por favor, acérquese un poco más». Es importante mantener el equilibrio durante la defecación. Los advenedizos y extranjeros a menudo se agarran de la tubería que hay al frente, que a razón de ello ha recibido el apodo de «barra de los gruñidos», a causa de los sonidos que se emiten mientras se toma de la susodicha barra. Si la fontanería está oculta o no es suficientemente robusta, a veces hay instalada una asa específicamente para que el usuario mantenga su equilibrio, tanto al usar el inodoro como al levantarse tras el uso. Otra estrategia usada frecuentemente por los extranjeros para evitar cualquier posible accidente embarazoso es desnudarse completamente de cintura para abajo y colgar su ropa

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Como usar un Washiki y no morir en el intento

antes de adoptar la posición.

Una ventaja de este tipo de aseo es que son fáciles de limpiar. Son más baratos de fabricar y consumen menos agua cada vez que se vacía la cisterna. Además, gracias a que no hay contacto directo con el asiento, son más higiénicos. El canalón sin agua también sirve para reducir el riesgo de salpicaduras durante la defecación. Sin embargo, puesto que los excrementos están expuestos al aire hasta que se vacía la cisterna, suelen producir olores mucho más intensos que si estuvieran sumergidos en el agua como en los retretes occidentales, un efecto que es a menudo apreciable dentro y cerca de cualquier aseo japonés.

También se le atribuyen varios beneficios a la salud a los inodoros tipo placa turca. Se dice que fortalecen los músculos de la pelvis en las mujeres, reduciendo la probabilidad de incontinencia. También se dice que refuerzan las caderas, que mejoran tanto la respiración como la concentración y que la postura favorece que se elimine más materia fecal del colon. Adoptar y mantener la postura en cuclillas regularmente puede también ayudar a mejorar la flexibilidad de las rodillas. De todas maneras, no hay ningún estudio médico que confirme estas afirmaciones.&nbsp

La fabricante japonesa de mobiliario de baño TOTO produce retretes tipo tradicional con un bidet incorporado para limpiar el ano. De momento no hay disponible una limpieza frontal.

Inodoros tipo occidental[]

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Un pequeño lavabo sobre la cisterna de este inodoro tipo occidental permite que los usuarios ahorren agua lavándose las manos con el agua que se usará la próxima vez que se tire de la cadena. Nótese que esta agua no es para beber

El inodoro estándar que se usa en todo el mundo se denomina inodoro «tipo occidental» (洋式) en Japón. Estos inodoros, junto con los inodoros de alta tecnología, son más comunes en las casas japonesas que los inodoros tradicionales, aunque algunos apartamentos antiguos conservan pegatinas en el aseo explicando la forma correcta de usar los inodoros occidentales para orinar y defecar. Aunque la mayoría de lugares públicos, tales como escuelas, templos y estaciones de tren a menudo están equipados sólo con retretes tradicionales, en sus propios hogares, los japoneses prefieren poder sentarse, especialmente personas ancianas para quienes ponerse en cuclillas supone un esfuerzo o es incómodo.

Bidés japoneses de alta tecnología[]

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Este chorro de agua limpia al usuario de este inodoro con bidet

El inodoro moderno japonés, a menudo conocido en su idioma como washlet (ウォシュレット) o como «inodoro que limpia con agua templada» (温水洗浄便座: onsui senjō benza) es el tipo de inodoro más avanzado del mundo, porque ofrece una cantidad asombrosa de funcionalidades. El producto de TOTO llamado Washlet Zoe está listado en el Libro Guinness de los récords como el inodoro más sofisticado (tiene siete funciones). Sin embargo, puesto que ese modelo se presentó en 1997, probablemente sea inferior al último producto del mismo fabricante, el Neorest. La idea del washlet provino del exterior, y el primer inodoro con bidé integrado se produjo fuera de Japón en 1964. La era de los inodoros de alta tecnología comenzó en Japón en 1980 con la introducción de la Washlet G Series por Toto, y desde 2002, casi la mitad de los hogares japoneses disponen de ese tipo de inodoro, excediendo a la cantidad de hogares con un ordenador personal. Aunque el indoro parece como uno occidental a primera vista, tiene una serie de funciones adicionales, tales como secador, calentador de asiento, opciones de masaje, controles de ajuste del chorro de agua, apertura automatizada de la tapa, activación de la cisterna tras el uso, paneles de control inalámbricos, calefacción y aire acondicionado para la habitación, etc. Las funciones son accesibles a través de un panel de control que o bien está a un lado de la taza o en una pared próxima, a menudo trasmitiendo las órdenes de forma inalámbrica.

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Un panel de control inalámbrico con 38 botones para un inodoro de alta tecnología

La función más básica es el bidé integrado, una boquilla del tamaño de un lápiz que sale de la parte de abajo del asiento del inodoro y lanza un chorro de agua. Tiene dos posiciones, una para el ano y otra para la vulva. La primera se denomina ‘limpieza posterior’, ‘uso general’ o ‘limpieza familiar’, y la segunda se conoce como ‘limpieza femenina’ o ‘lavado femenino’. En ningún momento la boquilla entra en contacto con el cuerpo del usuario. La boquilla también es auto-limpiable y se limpia a sí misma antes y después de cada operación. El usuario puede elegir limpiar su vulva o su ano presionando el botón correspondiente en el panel de control. Habitualmente, se usa la misma boquilla para ambas operaciones, pero en una posición distinta de la misma, y usando aberturas diferentes para expulsar el chorro de agua en ángulos distintos para apuntar al lugar correcto. Ocasionalmente se emplean dos boquillas distintas, cada una dedicada a un área. Los modelos modernos tienen la lógica de control unida a un sensor de presión en el asiento del inodoro, y opera sólo cuando detecta que el asiento está ocupado. Los primeros modelos no disponían de este mecanismo de seguridad, por lo que los usuarios curiosos que pulsaban los botones mientras miraban el inodoro recibían un chorro de agua tibia en la cara.

La mayoría de los inodoros de alta tecnología también permiten elegir la presión del agua para ajustarla a las preferencias del usuario. Por defecto, la vulva recibe menos presión que el ano. Habitualmente también se puede escoger la temperatura del agua. Investigadores en Japón han descubierto que la mayoría de los clientes prefieren una temperatura del agua ligeramente superior a la temperatura corporal, y 38 °C se considera la mejor. La posición exacta de la boquilla también suele poder ajustarse adelante o atrás manualmente. Los washlets de gama alta también permiten seleccionar un chorro pulsante. Los fabricantes afirman que ayuda en casos de hemorroides y estreñimiento, y el doctor Hiroshi Ojima afirma que estos inodoros son populares a causa del escaso consumo de fibra y del gran índice de estreñimiento que hay en Japón. Los washlets más avanzados pueden incluso mezclar el agua tibia con jabón para mejorar el proceso de limpieza.

El washlet puede reemplazar al papel higiénico completamente, pero muchos usuarios optan por mejorar la higiene en combinación con la acción mecánica del papel. Esto también depende de la región limpiada, y la limpieza de la vulva puede no requerir del uso del papel.

Otra función que se encuentra comúnmente es el secador, a menudo ajustable entre 40 °C y 60 °C para secar las regiones que han sido mojadas tras el uso del bidé integrado. Otras de las funciones son el calentador del asiento, que se puede ajustar entre 30 °C y 40 °C; una tapa automatizada con detector de proximidad, que se abre y cierra conforme a la posición del usuario; vaciado automático de la cisterna; desodorización automática del aire; y superficie resistente a gérmenes. Algunos modelos especialmente diseñados para los ancianos incluyen reposabrazos para ayudar al usuario a levantarse tras el uso. Una función de «cerrado suave» reduce la velocidad de descenso de la tapa del inodoro cuando se cierra para evitar que haga ruido, o en algunos modelos la tapa se baja automáticamente tras un tiempo tras el uso. La introducción más reciente es el sistema de desodorización por ozono que es capaz de eliminar rápidamente el olor de los desechos. También, los últimos modelo almacenan los tiempos de uso del inodoro, y tienen un sistema de ahorro de energía que sólo mantiene caliente el asiento en los periodos en los que el sistema predice que se va a usar el inodoro basándose en los usos anteriores. Algunos inodoros brillan en la oscuridad o incluso disponen de aire acondicionado para los días cálidos de verano. Otra innovación reciente son los sensores inteligentes que detectan si alguien está frente al inodoro mirando hacia él, en cuyo caso levantan la tapa y el asiento, o si la persona está de espaldas, sólo levantan la tapa.

Recientemente, los investigadores han incorporado sensores médicos en estos inodoros, que pueden medir el azúcar en sangre basándose en la orina, y también el pulso, la presión sanguínea y el contenido de grasa en el cuerpo del usuario. Se están investigando otras medidas. Estos datos podrían enviarse automáticamente al médico a través de un teléfono celular con acceso a Internet. Sin embargo, estos dispositivos son todavía muy escasos en Japón, y su futuro éxito comercial es difícil de predecir. Está en desarrollo un inodoro operado por la voz que es comprende órdenes verbales. Toto, Nais, y otras compañías también fabrican «washlets de viaje» portátiles que funcionan con baterías, que deben rellenarse con agua templada antes de usarse.

Es posible usar el chorro de agua con una opción de alta presión para realizar un enema, y algunos usuarios aprovechan esta funcionalidad. También hay informes de mujeres que usan el chorro como ayuda a la masturbación. Sin embargo, no se sabe cómo de comunes son esas prácticas.

La función de calentamiento del asiento es muy común, y se encuentra disponible incluso en inodoros sin bidé incorporado. A menudo se emplea como ejemplo de tecnología innecesaria, pero en una casa sin calefacción central, el aseo puede estar a sólo unos pocos grados sobre cero en invierno, y un asiento pre-calentado puede no parecer tan frívolo.

Urinarios para hombre y mujer[]

Los urinarios en Japón son muy similares a los urinarios del resto del mundo, y son principalmente usados para aseos masculinos públicos o aseos masculinos para muchos usuarios.

Antes y durante la Era Meiji, los urinarios eran usados comúnmente por hombres y mujeres. Tradicionalmente, un kimono se lleva sin ropa interior, y las mujeres simplemente alzaban su kimono, y con un empujón hacia arriba de su vulva, eran capaces de dirigir la orina al urinario. Esta práctica desapareció en el siglo XX, después de que la mayoría de las mujeres comenzaron a vestir ropa occidental. Hoy día, incluso el kimono se viste casi siempre con ropa interior. El urinario femenino vivió una pequeña restauración entre 1951 y 1968 cuando Toto los producía. Este dispositivo de forma cónica se situaba en el suelo. Sin embargo, nunca se hicieron realmente populares, y sólo quedan algunos, como por ejemplo bajo el Estadio Nacional de Japón de las Olimpiadas de 1964 en Tokio.

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